16 de agosto de 2014

Y de repente son dos!

Ya dos hijos...tengo dos hijos, un niño y una niña, dos;algo que me tengo que repetir varias veces para darme cuenta. Sueños hechos realidad, dos angelitos, uno rubio y otra morena, uno grande y otra diminuta...dos personitas bonitas que me acompañaran hasta el resto de mis días, de los que soy responsable y a los que adoro por encima de todo. Dos niños que sacan lo mejor de mi, que me ayudarán a que los días grises sean menos grises, a ver las cosas por el lado bueno, a apreciar cosas que antes pasaban desapercibidas.Apreciar la vida.

Mi cielo esta lleno de estrellas como dice la canción de Coldplay; es como un presagio de lo bueno que será mi mañana. Un mañana con risas y ruido, con muchos "mamá" de por medio, con momentos que llenaran mi vida de recuerdos bonitos.

Y metida de lleno en este bucle de sentimientos de este primer mes, sin tiempo de nada y dedicada a ell@s por completo. Y aunque a ratos pesan esas interminables noches en que casi sin ver tengo que alimentar a una enana que protesta y durante el día a un niño que demanda más atención;cuando ella sonríe todo se me olvida y eso que todavía está en fase arisca y no me regala muchas que digamos. Lo mismo cuando de la cabeza de él salen frases que consiguen que ría durante un buen rato.

Nueva etapa que está pasando en un suspiro, ayer el rubiales cumplió tres años y la piccolina está a punto de cumplir su segundo mes de vida.

...lo que daría yo por revivir el momento en que los ví por primera vez y me los pusieron encima...








23 de junio de 2014

Due date

Noche de tormenta,de esas que hacía mucho que no veía.Una situación que se asemeja mucho a como me siento yo en estos momentos.Relámpagos,rayos y centellas!

Saber que día exacto va a nacer tu hija es,sino algo inesperado,  algo que te sitúa sin querer en primera línea de salida.

Cuando te quedas embarazada imaginas muchas veces para terminar soñando, con el momento del parto;las contracciones, los dolores, el correr al hospital, romper aguas... una película que va cobrando fuerza en tu cabeza y las imágenes inventadas se hacen un hueco en tu cerebro haciéndote creer que así será sin un ápice de duda. El único interrogante es la fecha exacta.Todo eso va cambiando ligeramente a medida que te acercas a la FPP y te plantas sin quererlo en la semana 40 y el ginecólogo decide que ya ha llegado el momento y que en cuatro días nacerá sí o sí. 

No es lo ideal,lo soñado, lo esperado...tu puzzle perfectamente terminado se empieza a deshacer y la desilusión te invade sin querer;incluso tu ogro se queda un poco en off y te regala una cara de cordero degollado en medio de la consulta, lo cual no hace más que crearte un sentimiento de culpa por no ser capaz de ponerte de parto de forma natural sin necesidad de medicación.


No poder vivir esa experiencia de la que muchas mujeres hablan es algo frustrante, para que negarlo.Luego,poco a poco asimilas la información y decides centrarte en lo positivo y en que lo importante es que nazca sana y que no haya complicaciones. 

Vives en otro país, las familias tienen que organizarse, tienes un bicho de casi tres años que necesita ser atendido durante las horas que dura el parto...un largo etc que te lleva a pensar que tenía que ser así y punto. Basta de culpas absurdas.

Pero saber donde vas, a que te enfrentas...buff,da miedito por no decir otra cosa;miedo con mayúsculas al parto en sí, al dolor del postparto, a que la subida de leche tarde más de lo deseado, a que tus hormonas se descoloquen aún más de lo debido,a no poder moverte después, a meterte en un quirófano...en fin,experiencias ya vividas que preferirías ahorrartelas esta segunda vez.

La vida te da de un lado y te quita de otro. No puedes abarcar todo lo bueno.

El viernes, 27 de Junio si Dios quiere, tendré a mi niña en brazos.


13 de junio de 2014

Uno de esos días

De esos días en los que el cielo se encapota en un segundo sin darte tiempo a pestañear. De esos en los que te levantas sin fuerzas ni ganas de la cama y en los que lo único que te apetece es quedarte tumbada mirando la pared blanca que tienes al lado, pensando en nada y en todo.

Pensar en todo y en nada sin llegar a entender si quiera lo que pasa por tu mente a esas horas tempraneras.

Dias en que tus pasos parecen ser más pequeñitos y la calle más estrecha y larga. De esas tardes de sofá y manta sin caer ni una gota fuera. 

Movimientos lentos que te acompañan a cámara lenta, y a ratos en blanco y negro pero sin parecerse a ese cine mudo de Chaplin en que las imágenes descargaban fuerza por si solas, aquí el sentimiento brilla por su ausencia. Aquí la escena es bien distina, blanco y negro, si, pero se queda nada más que en eso. 

Hasta los ruidos de fuera parecen acompañarte en tu día nebuloso, y te hacen participe sin demasiados estruendos mañaneros; parece que susurran con el fin de no molestarte.

Ni frio ni calor, ni triste ni contenta; simplemente uno de esos días...




..y la noche llega con calma. Al cerrar la ventana esa brisa te despierta y vuelves en ti finalmente., los colores empiezan a formarse y sabes que mañana todo volverá a ser lo que era.